Este lavadero tiene una curiosidad y es que,

dicen que está hecho con las vigas de un antiguo puente

llamado Puente de los Mechones,

el cual por motivo de una riada histórica se destruyó.

De  los restos de este se utilizaron en el techo de este lavadero y en el molino de harina.

Si nos fijamos en este lavadero no deja de caer agua en ningún momento,  

esto es porque, se alimenta del agua que proviene de

la fuente situada en la plaza de la Iglesia.

Hace años venían a jugar a este lavadero con los linchidores (más conocidos como zapateros) los cogían entre las manos y mientras las agitaban cantaban:

“linchidor, linchidor,

Cría uno cría dos,

Linchidor, linchidor,

Cría uno cría dos”

Al abrir las manos había dos linchidores ya que es muy común que naden uno encima de otro sin que lo podamos apreciar.